¡Cayó La Gran Babilonia!

Identificación de la Otra Bestia
Explicación de la 10 Características


Vi luego
otra Bestia que surgía de la tierra y
tenía dos cuernos como de Cordero, pero hablaba como una
serpiente
(Ap.13,11).
Característica
1ª)
Se habla ahora de otra Bestia,
porque de la primera ya se habló en los versículos
anteriores (del uno al diez incluidos en el tema anterior). La
Bestia
primera simboliza el pecado personalizado, el pecado dentro
del hombre, el pecado elegido por el hombre cuando se separó
del Edén y que fue origen de todos los demás pecados, y de
todos los males de la humanidad. Esta
otra Bestia es la
imagen de la primera Bestia, porque también ésta lleva a los hombres
a la
Muerte. Por
eso muchos la han llamado la segunda Bestia.
Característica
2ª)
Surge de la tierra,
de aquí, de nosotros que somos
tierra para ser
sembrada por
la Palabra, aunque como en la parábola del
sembrador no todos la reciben
(Mt.13,18). Surge
de la tierra,
simboliza que nace del propio hombre, cuando éste da
prioridad a sus propios pensamientos, y no se deja guiar por
los pensamientos de Dios
(Is.55,8).
Característica 3ª)
Tenía dos cuernos
como de Cordero,
pero que no son de Cordero. Aparentemente da una imagen del
Cordero pero no lo es. Presenta rasgos del Cordero y habla
de su Palabra, pero su forma de hablar no es la del Cordero.
Ésa es otra de sus
características:
Característica 4ª)
Habla como una
serpiente:
La serpiente en el relato del Génesis actuó con astucia
premeditada y con su natural engaño. No es la forma de
hablar del Cordero que decía: “Yo no he hablado por mi
cuenta”
(Jn.12,49-50).
Hablaba sólo lo que el Padre le decía
(Jn.12,49-50),
y hablaba lleno del Espíritu Santo
(Lc.10,21).
También los apóstoles hablaban guiados por el Espíritu
Santo, como el discurso de Pedro que convirtió a unas tres
mil personas
( Hc.3,41).
Incluso Jesús nos dijo: “No os preocupéis de lo que tengáis
que decir”
(Mc.13,11). También
en las cartas a las siete iglesias se muestran las siete
estrellas, los siete ángeles en la mano de Cristo
(Ap.1,20)
que según se vio simboliza la revelación, la guía del Señor
a cada iglesia, a su pueblo, a cada uno, y nos enseña cómo
las iglesias han de buscar la dirección, la guía, del
Espíritu Santo en cada momento.
Son dos formas contrapuestas en las que se puede hablar y
que nos sirven para confrontar cómo habla la serpiente y
cómo nos habla Dios. Y, por consiguiente, cómo hablan los
que hablan en el Señor. No es buscar las razones, la
sabiduría de los hombres, susceptible al engaño, sino
escuchar a Dios antes de hablar.
Es lo que Jesús dijo: "Cuando venga Él, el Espíritu de la Verdad, os guiará hasta la Verdad completa; pues no
hablará por su cuenta, sino que hablará lo que oiga y os
anunciará lo que ha de venir"
(Jn. 16, 13).
Ejerce todo el poder de la primera Bestia en
servicio de ésta, haciendo que la tierra y sus habitantes
adoren a la primera Bestia, cuya herida mortal había sido
curada (Ap.13,12).
Característica 5ª)
Ejerce todo el poder
de la primera Bestia, es decir,
hace también que muchos se pierdan. Si la primera Bestia
nació de la desobediencia y llevó al hombre a la vida del
mundo, a la fragilidad ante lo mundano, a las apetencias de
la carne, a la maldad, esta
otra Bestia nace de un origen diferente, aunque puede llevar al
pecado y a
la Muerte
por haber caído en la confusión, y haberla transmitido a
otros. Por eso se dice después, que es imagen de
aquélla.
Con estas revelaciones el Señor está poniendo el dedo en la
llaga para que veamos qué
es la Palabra que Él dejó escrita, y cómo se ha vivido
el sentido de iglesia hasta aquí. El Señor que es el eterno
presente, ve desde aquel entonces la realidad en la que ha
derivado la que Él dejó como Iglesia, su pueblo elegido.
Y nos dejó
escrito este Apocalipsis para una vez más llamarnos y
movernos a la fe, a la confianza de que Él sí puede abarcar,
guiar, corregir… a cada uno, a todos.
Y mirando así,
podemos tener plena confianza en que Él todo lo puede
y hace, si le dejamos hacer: su poder, su Amor,
providencia y misericordia no tienen límite.
Él derrama su inmenso Amor para que nos salvemos, para que
se salven los que están entregados a la otra
Bestia, a pesar de
los errores, a pesar de que hayan estado equivocados, o
engañados, a pesar de todo, los llama con amor. Por eso dice
de esta segunda
Bestia
que:
Realiza grandes señales, hasta hacer bajar ante la
gente fuego del cielo a la tierra (Ap.13, 13).
Característica 6ª)
El poder de la Palabra obra a través de
ella, y ése es el
fuego que baja del cielo:
a través de
la Palabra, Dios se manifiesta, llega al
corazón de los hombres, porque la misericordia de Dios hace
que, a pesar de todo, la Palabra que ahí se predica
llegue a sus hijos y puedan convertirse.
Pero ese Amor que Dios envía a su
pueblo, la otra
Bestia lo mediatiza
incluyendo “sus verdades”, y así hace que otros crean
que todo en ella es Verdad, y hagan también cuanto ella dice
que se haga. Y ésa es la
seducción. Es la razón de que aquí
se la
compare con la primera
Bestia:
Y seduce a los habitantes de
la Tierra con la
señal que le ha sido concedido obrar al servicio de la Bestia,
diciendo a los habitantes de la tierra que
hagan una imagen en honor de la Bestia,
que teniendo la herida de la espada, revivió (Ap.13,14).
Característica
7ª)
Utiliza lo que
Dios le ha concedido,
para seducir: Seduce,
porque muchos de los que oyen la Palabra que se predica en
las iglesias, creen también todo lo demás que la “Ramera” a
través de la historia, ha ido añadiendo: sus
leyes, sus tradiciones, sus dogmas, etc. Mezcla la
pureza de la Palabra con lo que ella ha
elaborado como necesario para salvarse, para que otros lo
cumplan también.
Y todo esto que no llena el corazón del hombre, es una de
las causas que hace que muchos se alejen de Dios. Esta
otra
Bestia daña no sólo a los
que la siguen, sino también a otros que no la siguen. Ese
vacío aleja a los demás, a los que no están en ella,
que ven que ahí no está
la Verdad
y se desengañan, y al desengañarse de ella muchos hasta
dejan de creer en Dios. Con lo que ella misma es,
con su imagen, sin
palabras, hace que muchos se pierdan, como hizo el primer
pecado del hombre. Por eso
su imagen está
diciendo
a todos los habitantes de la tierra que hagan una imagen en
honor de la Bestia que teniendo la
herida de la espada revivió (la primera Bestia).
Y todos ésos que se
hacen incrédulos, se alejan de Dios igual que se alejaron el
hombre y la mujer en el principio de la Vida en Dios en el Jardín de
Edén; pero lo hacen después de conocer que hay una
redención, porque la Luz del mundo, Cristo, está
aquí con nosotros, en nosotros
(Jn.15, 4-7).
Y la confusión es grande. Jesús lo predijo con sus palabras:
"Mirad que os lo he predicho todo
(Mc. 13,23).
Y lo que en ese momento estaba prediciendo era una confusión
tal antes del final, que "si aquellos días no se acortaran
no se salvaría nadie, pero en atención a los elegidos
aquellos días serán acortados"
(Mc13, 20).
A pesar de ello, en medio de esa confusión, Dios siempre
está iluminando para que sus hijos vean
la Verdad:
Se le concedió infundir
aliento a la imagen de la Bestia,
de suerte que pudiera hablar incluso la imagen de la Bestia y hacer que fueran
exterminados cuantos no adoraran la imagen de
la Bestia
(Ap.13,15).
Característica 8ª)
Infundir aliento a la
imagen de la
Bestia
quiere decir, que Dios hace que
se note que hay algo diferente de lo que Él ha dicho:
la imagen de la Bestia
habla por sí misma, sin más explicaciones. Dios ha
concedido que se distinga esto, que se note también que ella
habla por su propia cuenta.
Es una gracia del
cielo, aliento del cielo.
Y muchos que se dan cuenta de ello
no adoran la imagen de la Bestia, no la siguen. Y
son exterminados,
no siguen lo que ella hace, abandonan todo lo viejo y se
entregan a Dios, nacen de nuevo en Cristo, como dijo Jesús a
Nicodemo. El Espíritu Santo guía las iglesias.
Pero
hay muchos que sí la siguen, como se dice a continuación. Y
éstos han de seguir al pie de la letra lo que ella legisla,
lo que ella dispone, para ser aceptados por ella:
Y
hace que todos, pequeños y grandes,
ricos y pobres, libres y esclavos, se hagan una marca en la
mano derecha o en la frente (Ap.13,16).
Característica 9ª)
Establece su poder absoluto sobre los que la siguen. Esto
incluye a todos, sin distinción, desde el más grande
al más pequeño, y sea como sea cada uno. Todos han de
creer igual y hacer lo mismo, para pertenecer a ella, y
según ella dice, poder así salvarse.
Para ser admitido en ella hay que creer todo lo que ella
dice, aceptar “sus verdades”, (la marca en la frente)
y acatar lo que ella manda hacer (la marca en la mano
derecha) porque generalmente es la mano con más fuerza y
habilidad para hacer las cosas: todo lo que hagan ha de
tener la marca de
la Bestia. Esto,
pero en sentido espiritual, es lo que hace que ella los
acepte como a sus fieles, y sean sólo éstos
los que puedan colaborar en ella y nadie más pueda
sugerir, para aportar o cambiar algo. Así se dice ahora:
Y que nadie pueda
comprar ni vender si no está marcado
con el nombre de
la Bestia o con la
cifra de su nombre (Ap.13,17).
No admite nada que no sea dicho
desde dentro de ella. Y para poder llegar a ella, sólo ha de
hacerse como ella ha establecido. Ahí no se le puede
vender (aportar nada).
Nada acepta si no viene desde los que están dentro de
ella como en toda sociedad humana, o empresa creada por el
hombre.
Pero tampoco se le puede
comprar (sacar
de ninguna de “sus verdades”) de esa parte de “sus verdades”: lo añadido
desde el razonamiento humano (no la revelación y la Verdad del Evangelio, sino
lo que ha ido añadiendo en ella a través de los tiempos).
Tenemos un ejemplo bíblico en
la Torre
de Babel, cuando el hombre desde el hombre, trató de buscar
el encuentro con Dios y así alcanzar la fama en todo el
mundo, ser reconocido: “Hagámonos famosos”, se decían
(Ap.3,14-22).
Pero aún más cerca, en este Apocalipsis, está la iglesia de
Laodicea que se veía autosuficiente, con la que se relaciona
más directamente. Todas las demás iglesias tuvieron algún
reconocimiento de parte del Señor, pero esta iglesia no
tenía nada bueno que pueda reconocérsele, porque creía que
todo lo había construido desde sí misma. Es lo que recordaba
el apóstol Pablo a la iglesia de los gálatas: “¿Quién os
puso obstáculos para no seguir la Verdad?” Semejante
persuasión no viene de parte de Aquél que os llama
(Gal.5, 7-8).
Y con todo esto que está alumbrando el Apocalipsis, se
ilumina también la
cifra de la Bestia, pues el que
lleva la cifra de la Bestia, la cifra de un
hombre, se le nombra por separado, distinguido entre los
demás, y que
puede
comprar y vender.
Dios sabe porqué los signos señalan a la que aquí se delata
como símbolo de las
iglesias influenciadas por la
“Ramera”; pero la corrección es para que todas las
iglesias se examinen y se despojen de lo que Dios no ha
puesto en ellas.
Veamos luego el mensaje de Amor sobre ese aviso, porque
cuanto Dios quiere hacernos ver siempre nos llega como una
manifestación de su Amor.






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