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Libro Cayó la Gran Babilonia

La Gran Babilonia

Temas de Este Libro

La Otra Bestia

Urgente Misión de Esta Revelación

El Significado de la Otra Bestia


Características de la Otra Bestia - Texto Bíblico

La Otra Bestia sus 10 Características


Identificación de la Otra Bestia - Explicación de las 10 Características


           Características
mero Identificación de la Otra Bestia - Característica 10

Mensaje Sobre la Cifra de la Otra Bestia


Llamada de amor para que veamos la verdad


Caída de la Gran Babilonia


Llamada de Amor a los que Siguen a la Gran Babilonia


El Juicio es Inminente

Juicio de la Cébre Ramera

Llamada de Amor - Es el Momento de Ver

Trayectoria del Caminar de la "Ramera"

Profecías Numéricas que Identifican a la "Ramera"

Lucha por Resurgir a la "Ramera"

Se Hace la Luz en La Gran Babilonia

Salíd de Ella Pueblo Mío

Llamada de Amor a los que Han Dejado a La "Ramera"

Llanto por la Caída de Babilonia la Gran Ciudad

Alegría en el Cielo por la Luz en Babilonia - Desaparición de la Gran Ciudad

Aleluyas en el Cielo por el Juicio de la Gran Ramera

Las Puertas del Hades no Prevalecerán en Contra de la Iglesia

Triunfo de Cristo - Presentación de la Verdadera Esposa del Cordero

Cristo Combate con Justicia

Invitación al Banquete de Dios

Juicio Final - Derrota Total de las dos Bestias

Los Últimos Salvados

Texto Bíblico

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´Cayó La Gran Babilonia
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¡Cayó La Gran Babilonia!

Salid de Ella Pueblo Mío

Luego oí otra voz que decía desde el cielo: “Salid de ella, pueblo mío, no sea que os hagáis cómplices de sus pecados y os alcancen sus plagas. Porque sus pecados se han amontonado hasta el cielo y Dios se ha acordado de sus iniquidades. Dadle como ella ha dado, dobladle la medida conforme a sus obras, en la copa que ella preparó preparadle el doble.  En proporción a su jactancia y a su lujo dadle tormentos y llantos. Pues dice en su corazón: Estoy sentada como reina, y no soy viuda y no he de conocer el llanto… Por eso, en un solo día llegarán sus plagas: peste, llanto y hambre, y será consumida por el fuego. Porque poderoso es el Señor Dios que la ha condenado” (Ap.18,4-8).

Llanto en Babilonia

Llorarán, harán duelo por ella los reyes de la tierra, los que con ella fornicaron y se dieron al lujo, cuando vean la humareda de sus llamas; se quedarán a distancia horrorizados ante su suplicio, y dirán: “¡Ay, ay, la Gran  Ciudad!  ¡Babilonia,  Ciudad poderosa, que en una hora ha llegado tu juicio!”.

Lloran y se lamentan por ella los mercaderes de la tierra, porque nadie compra ya sus cargamentos: cargamentos de oro y plata, piedras preciosas y perlas, lino y púrpura, seda y escarlata, toda clase de maderas olorosas y toda  clase de objetos de marfil, toda clase de objetos de madera preciosa, de bronce, de hierro, y de mármol; cinamomo, amomo, perfumes, mirra, incienso, vino, trigo, aceite, harina, bestias de carga, ovejas, caballos y carros; esclavos y mercancía humana.

Y  los frutos en sazón que codiciaba tu alma, se han alejado de ti; y nunca jamás aparecerán. Los mercaderes de estas cosas, los que a costa de ella se habían enriquecido, se quedarán a distancia horrorizados ante su suplicio, llorando y lamentándose: “¡Ay, ay, la Gran  Ciudad, vestida de lino, púrpura y escarlata, resplandeciente de oro, piedras preciosas y perlas, que en una hora ha sido arruinada tanta riqueza!”

Todos los capitanes, oficiales de barco y los marineros, y cuantos se ocupan en trabajos del mar se quedaron a distancia y gritaban al  ver la humareda de sus llamas: “¿Quién como la Gran  Ciudad?” Y  echando polvo sobre sus cabezas, gritaban llorando y lamentándose: “¡Ay, ay, la Gran  Ciudad, con cuya  opulencia se enriquecieron cuantos tenían las naves en el mar; que en una hora ha sido asolada!” (Ap.18,9-19).

Alegría en el Cielo por la Luz en Babilonia - Desaparición de la Gran Ciudad

Alégrate por ella, cielo, y vosotros, los santos, los apóstoles y los profetas, porque al condenarla a ella, Dios ha juzgado vuestra causa.

Un ángel poderoso alzó entonces una piedra, como una rueda de molino, y la arrojó al mar diciendo: “Así, de golpe, será arrojada Babilonia, la Gran  Ciudad, y no aparecerá ya más”… Y la música de los citaritas y cantores, de los flautistas y trompetas, no se oirá más en ti; artífice de arte alguno no se oirá más en ti; la voz de la rueda de molino no se oirá más en ti; la luz de la lámpara no lucirá más en ti; la voz del novio y de la Novia no se oirá más en ti. Porque tus mercaderes eran los magnates de la tierra, porque con tus hechicerías se extraviaron todas las naciones; y en ella fue hallada la sangre de los profetas y de los santos y de todos los degollados de la tierra      (Ap.18, 20-24).

Aleluyas en el Cielo por el Juicio de la Gran Ramera

Después oí en el cielo como un gran ruido de muchedumbre inmensa que decía: “¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder son de nuestro Dios, porque sus juicios son verdaderos y justos; porque ha juzgado a la Gran Ramera que corrompía la tierra con su prostitución, y ha vengado en ella la sangre de sus siervos”.

Y por segunda vez dijeron: “¡Aleluya! La humareda de la Ramera se eleva por los siglos de los siglos”. Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro vivientes se postraron y adoraron a Dios, que está sentado en el trono, diciendo: “¡Amén! ¡Aleluya!”. Y salió una voz del trono, que decía: “Alabad a nuestro Dios, todos sus siervos y los que le teméis, pequeños y grandes”.

Y oí el ruido de muchedumbre inmensa y como el ruido de grandes aguas y como el fragor de grandes truenos. Y decían: “¡Aleluya!” Porque ha establecido su reinado el Señor, nuestro Dios todopoderoso (Ap.19, 1-6).

Presentación de la Verdadera Esposa del Cordero

“Alegrémonos y regocijémonos y démosle gloria, porque han llegado las bodas del Cordero, y su Esposa se ha engalanado y se le ha concedido vestirse de lino deslumbrante de blancura - el lino son las buenas acciones de los santos”.

Luego me dice: “Escribe: Dichosos los invitados al banquete de bodas del Cordero”.  Me dijo además: “Estas son palabras verdaderas de Dios”. Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero él me dice: “No, cuidado; yo soy un siervo como tú y como tus hermanos que mantienen el testimonio de Jesús.  A Dios tienes que adorar”. El testimonio de Jesús es el Espíritu de profecía (Ap.19,7-10).

 

Cristo Combate con Justicia

Entonces vi el cielo abierto, y había un caballo blanco: el que lo monta se llama “Fiel” y “Veraz”; y juzga y combate con justicia. Sus ojos, llama de fuego; sobre su cabeza, muchas diademas; lleva escrito un nombre que sólo él conoce; viste un manto empapado en sangre y su nombre es: La Palabra de Dios.

Y  los ejércitos del cielo, vestidos de lino blanco puro, le seguían sobre caballos blancos. De su boca sale una espada afilada para herir con ella a los paganos; él los regirá con cetro de hierro; él pisa el lagar del vino de la furiosa cólera de Dios, el Todopoderoso. Lleva escrito un nombre en su manto y en su muslo: Rey de Reyes y Señor de Señores (Ap.19,11-16).

Invitación al Banquete de Dios

Luego vi a un ángel de pie sobre el sol que gritaba con fuerte voz a  todas las aves que volaban por lo alto del cielo: “Venid, reuníos para el gran banquete de Dios, para que comáis carne de reyes, carne de tribunos y carne de valientes, carne de caballos y de sus jinetes, y carne de toda clase de gente, libres y esclavos, pequeños y grandes” (Ap.19,17-18).

La Derrota Total de las Dos Bestias

Vi entonces a la Bestia y a los reyes de la tierra con sus ejércitos reunidos para entablar combate contra el que iba montado en el caballo y contra su ejército. Pero la Bestia fue capturada, y con ella el falso profeta - el que había realizado al servicio de la Bestia las señales con que seducía a los que habían aceptado la marca de la Bestia y a los que adoraban su imagen - Los dos fueron arrojados vivos al lago de fuego que arde con azufre (Ap.19,19-20).

 

Los Últimos Salvados

“Los demás fueron exterminados por la espada que sale de la boca del que monta el caballo, y todas las aves se hartaron de sus carnes” (Ap.19,21).

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PRESENTACIÓN

 

    
 
   
   
   
   
   
   
     

 

 

 

Cayó la Gran Babilonia

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